domingo, 31 de julio de 2022

 

          En ocasión de cumplirse este 3 de agosto de 2022 el primer centenario de la muerte del General en Jefe Ramón Guerra,  publicamos esta serie de humildes trabajos sobre la vida de este destacado militar sancasimireño un tanto olvidado a nivel municipal. Todo esto con el fin de dar a conocer a las nuevas generaciones la historia de un prominente sancasimireño.


EL GENERAL RAMON GUERRA


 “San Casimiro era conocido

como el pueblo de los generales”

Eleazar Casado

 

 

Ramón del Rosario Guerra Bonilla Nació en San Casimiro de Guiripa el 5 de octubre de 1841, según afirman varios textos consultados. Aunque el historiador Lucas Guillermo Castillo Lara afirma que nació  en abril de 1843 aunque hace la salvedad  que en conversación con uno de sus hijos éste le había hecho referencia a que había visto la partida de nacimiento del general y la misma databa de 1841. En lo que sí coinciden todas las referencias consultadas es que  Ramón Guerra era hijo de José Aquilino del Carmen Guerra Osorio y María Buenaventura Bonilla Probablemente descendientes de los fundadores del pueblo con el mismo apellido. Tuvo 14 hijos: Mercedes Evarista, María Teresa de Lourdes, José Rafael del Carmen, Trina María Ramona, Ramón Felipe, el General Pedro Manuel, Juan Ramón, Emilia Catalina, Ramón Emilio, Trinidad, Augusto Idelfonso, Rafael Teodosio de Jesús, Teodoro y Ana Dolores Guerra García.

Nos relata Lucas Castillo Lara que probablemente el niño Ramón haya frecuentado la escuelita del padre Zamora Milano y recibido ilustración del maestro Narciso Bello mostrando gran vocación hacia las matemáticas y a la formación autodidacta a través de variadas lecturas. Desde que era prácticamente un niño entra a ocuparse en el negocio del señor Rodríguez donde se desempeñaba tanto en el mostrador atendiendo a los clientes así como muchacho de mandado. Cuando tiene dieciséis años, en 1859, comenzaba la cruenta guerra federal y el futuro general es arrastrado por el huracán de la conflagración. Sobre el reclutamiento del joven Ramón Guerra también existen varias versiones: una nos narra que el adolescente fue forzado a entrar en el conflicto armado por retaliación al actuar en defensa de un amigo y otras cuentan que fue interceptado y reclutado forzosamente por una patrulla de soldados cuándo transportaba un dinero de su patrón a las afueras de San Casimiro. Lo cierto es que fue llevado al batallón Victoria en la Ciudad del mismo nombre, bajo las órdenes del comandante Miguel A. Pérez. Muy pronto se comenzó a destacar por sus dotes de mando siendo ascendido a Sargento primero. Acompañó al comandante Pérez a Caracas y participó por el bando conservador en todos los combates de la Guerra Federal en Aragua entre los años 1859 y 1863. Posteriormente es ascendido a teniente y sirve como oficial de la caballería de la Guardia de Honor del general José Antonio Páez

Una vez concluida la guerra Federal con la derrota de los conservadores.  Regresa a San Casimiro donde se desempeña por cierto tiempo como tenedor de libros en la hacienda y casa comercial del señor Francisco Rodríguez responsabilidad que abandona para dedicarse en poco tiempo a sus propios negocios dentro del comercio y la agricultura gracias a su bien ganada fama de hombre responsable y honesto. Pero ya su destino como guerrero estaba marcado y al estallar la llamada revolución azul, en el año 1868, parte presuroso a enrolarse en las filas bajo las órdenes de los generales, Desiderio Escobar, Wenceslao Casado y Rufo Rojas. Una vez triunfante el movimiento revolucionario que derrocó al presidente Falcón, con la llegada del general Monagas a Caracas, Ramón Guerra vuelve a su tierra ascendido a comandante y, con su fama de guerrero cada vez en mayor progreso, continúa sus labores agrícolas y comerciales con marcado éxito y reconocimiento.   

El 10 de agosto de 1869 contrajo matrimonio con Emilia García Iriarte, proveniente de una familia con casa y hacienda en Güiripa. Con ella constituyó su hogar y, como sus negocios iban prosperando, adquirió una casa en la calle principal de San Casimiro, para la época conocida como la calle  de la Entrada (Hoy calle Miranda). A poco tiempo de estar casado atiende de nuevo el llamado de las armas y marcha a luchar en contra de Guzmán Blanco quien había emprendido un alzamiento conocido históricamente como la Revolución de abril. Es ascendido a coronel, pero no tiene éxito en esta contienda, una serie de derrotas militares en combates escenificados en San Casimiro y en la fila del Negro, entre otros, lo conducen a entregar su espada en señal de rendición a quien luego sería su gran amigo el general Joaquín Crespo, nacido en la cercana población de San Francisco de Cara, justo donde hoy se encuentra la represa de Camatagua.  Aquel día de 1871 comenzó la amistad entre los dos guerreros de pueblos vecinos, afecto que duró hasta la muerte de Crespo.


Ramón Guerra regresa a San Casimiro a dedicarse a sus negocios cafetaleros, específicamente con la casa Blohm; cada día aumenta más su fortuna personal y el reconocimiento y afecto de sus coterráneos, incluso los más jóvenes le admiran y ven en él un ejemplo y un héroe a seguir. Recordemos que es época de bonanza cafetera y el café de San Casimiro es uno de los más afamados y reconocidos nacional e internacionalmente.   El entonces Coronel forma parte junto a otros ilustres sancasimireños de la junta promotora para la construcción del nuevo templo, un monumento digno del progreso que comenzaba a notarse en el poblado. Incluso es quien dona el órgano para la nueva iglesia y las puertas de la misma. Cabe destacar que, según cita el historiador Castillo Lara, Ramón Guerra también prestó servicios civiles dentro de la administración pública tales como Inspector de caminos del Tuy. Hecho que, en opinión de nuestro insigne historiador, fue significativo para la construcción del primer trazado carretero entre Cúa y San Casimiro.

Durante el año 1872 la vida política y militar de Ramón Guerra gira 180 grados al dejar las banderas conservadoras y pasar al bando liberal impulsado y protegido por el general Crespo quien se convirtió en su mentor y guía. El recientemente fallecido historiador y cronista Oldman Botello cita una carta fechada en Parapara el 21 de marzo de 1872 donde Crespo escribe a Guzmán: “Ramón Guerra se me presentó y ha tomado servicio en el ejército”.

Ya para los comienzos del año 1877 Guzmán Blanco toma la decisión de no aspirar a ser presidente en las elecciones que se aproximaban apoyando la candidatura de Francisco Linares Alcántara para el periodo de dos años que contemplaba la constitución. El Congreso de la república, ampliamente dominado por el llamado “Ilustre Americano” procedió sin inconvenientes a elegir a Linares mientras que  el caudillo, muy amante de la vida parisina, tomaba un barco hacia Francia como ministro plenipotenciario.

Pero el presidente Linares Alcántara no estaba dispuesto a ser solo un seguidor de Guzmán y se alejó de los más cercanos al ex presidente, propiciando manifestaciones en contra de él, sobre todo en Caracas y Valencia se realizaron demostraciones en contra de Guzmán Blanco  impulsadas por varios periódicos de la época especialmente uno llamado “La Tribuna Liberal” que se oponía fervientemente al caudillo y a su vez aupaba  ideas a favor del presidente Linares Alcántara. Pero por los avatares del destino, el presidente Linares no pudo gobernar por mucho tiempo y murió repentinamente en el mes de  noviembre de 1878.


                                                                                                                                     (Continúa)








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