Don Pedro Blanco: el Poeta Popular
Recuerdo a Don Pedro Blanco
con su sombrero y sus grandes y gruesos anteojos. Llega a mi mente y se mantiene en mi memoria por dos cosas que admiraba de él: La primera era la dedicación con que mantenía el área
verde situada en Curucutí frente a la casa de la amiga María Gil y el cariño
que le dedicaba a cada una de las plantas de ese jardín que luego de su muerte
desapareció y la segunda era su
talento a la hora de recitar sus decimas dedicadas a la Cruz de mayo en los
velorios realizados en varias partes de nuestro municipio.
Hace cierto tiempo acudí por
casualidad a la Casa de la Cultura “Don Eleazar Casado” y allí se estaba presentando un libro titulado
“Decimas de mi viejo” una publicación con la recopilación que unos hijos y
nietos orgullosos hicieron de la obra de nuestro poeta popular Don Pedro Blanco.
Este ilustre sancasimireño nació
el 2 de agosto de 1925 en Monte Oscuro. Vio la luz rodeado de las haciendas de
café y de la niebla eterna de esas montañas. Tal vez conoció las primeras
letras de la mano de la maestra Augusta Carballo de Blanco quien, en admirable
apostolado, recorría sobre una mula el camino entre San Casimiro y Monte Oscuro
para dar clases a los hijos de los peones de aquellas haciendas cafetaleras.
Fue creciendo como poeta
autodidacta y mientras más leía las cosas que llegaban a sus manos más grande
era la necesidad de escribir versos y decimas que brotaban de su inspiración y de si
talento innato. Con el pasar del tiempo se iba cultivando y perfeccionando en
el arte de construir decimas y participar en velorios de cruz, cantos de fulías
y actos culturales de San Casimiro y otras poblaciones del estado Aragua.
Construyó una familia numerosa
con la señora Teodora Bandes; y fue esa, su familia, una de sus más grandes inspiraciones dedicándole
infinidad de versos y poemas:
“Yo voy a brindar contento
en este día tan feliz
con todita mi familia
aunque no estén todos aquí”
(Décimas de mi viejo. Pág 59)
También nos dejó piezas jocosas como y
a la vez cargadas de infinita sabiduría popular:
“Mañana cuando yo muera
mi recuerdo quedará
y entonces la humanidad dirá
“tan bueno que Pedro era”
se escuchará donde quiera
la triste lamentación
en donde quiera un montón
por mi muerte sorprendidos
pero ahora que estoy vivo
nadie me ha dado ese don”
(Obra citada. Pág. 11)
Por
otro lado la presencia de Dios y todo lo relacionado con lo divino también fue
motivo de inspiración para Don Pedro:
“Los magos desde el oriente
vinieron hacia Belén
por todo Jerusalen
buscando al niño naciente
trayendo un rico presente
para aquel niño forastero
pero estuvieron primero
casa de Herodes el pervertido
a ver dónde había nacido
el hijo del carpintero”
(Obra citada.Pág. 23)
Como todo poeta que se respete, Don
Pedro no dejó de escribir a la mujer y de su inspiración salieron líneas como
la siguiente:
“Si el cielo me concediera
de tu bella boca el si
pusiera mi amor en ti
que hasta el corazón te diera
como tu me prometieras
de tu amor no ser ingrata
te tuviera como una santa
en todos tus procederes
siendo el ser que eres
como la rosa en la mata”
(Obra citada. Pág.45)
Otro motivo frecuente de inspiración
de nuestro poeta fue la madre y a esa figura, la más importante de la
humanidad, le dedicó varias decimas, glosas y poemas como el extracto que nos
permitimos resaltar a continuación:
“Me siento de lo mejor
a pesar de mi pobreza
pues cuento con una riqueza
de incalculables valores
es mi madre y sus amores
tan puro, fiel y constante
ella me quiere bastante
con humildad y solicitud
y por su vida y salud
le pido a Dios cada instante”
(Obra citada. Pág.53)
Al comienzo de esta crónica afirmamos
que nuestro poeta era asiduo cantador de decimas y fulías en los velorios de
Cruz de mayo que periódicamente se realizaban en distintos lugares del
municipio. Nos dejó versos como estos:
“Saludo a los cantadores
que alegran este velorio
y saludo al auditorio
luego a los demás señores
perdonaran los errores
que en el primer canto oyeron
quien sabe cuanto rieron
porque no soy bien versado
desen pues por saludados”
Junto con sus compañeros”
(Obra citada.Pág.69)
Pero la poesía de Don Pedro no se
queda en los contenidos que se han mostrado hasta el momento sino que se
adentra, tal vez sin proponérselo, en temas de contenido social:
“El rico no viviría
si el pobre no trabajara
porque no ve garantía
comer plata sancochada.
I
Cuando el rico quiere dar
al pobre algún suplemento
es porque miró con tiempo
con qué le puede pagar
le ofrece comida y real
como quien no aspira nada
lleva una cuenta arreglada
hasta que al fin la liquida
y triste sería su vida
si el pobre no trabajara”
(Obra citada. Pág.73)
El contenido patriótico y el amor por
la libertad de la poesía de Don Pedro se hacen presentes en la siguiente pieza:
“Es Bolívar paladín
que no es difícil fijarse
es un delirio forjarse
la “Batalla de Junín”
Sucre. Oriental al fin
su espada a cabalidad
fragua a la perpetuidad
de Ayacucho su gran nombre
donde lucharon los hombres
al grito de libertad”
(Obra citada. Pág. 81)
Como hombre de
campo, rodeado por la naturaleza y
compenetrado con ella hasta convertirse en uno solo, este tema no puede
pasar desapercibido en su poesía. Es por ello que nos dejó piezas importantes
como esta:
“En
el campo soy nacido
en
un lugar solitario
donde
la voz del canario
me
llama si estoy dormido
de
los trinos el gemido
voy
oyendo de continuo
de
la tarde el canto fino
de
los grillos y el cocuyo
y
por eso con orgullo
soy
del campo campesino”
(Obra
citada. Pág. 94)
Cuando el
ilustre poeta sancasimireño sintió el peso de los años quiso plasmarlo en sus
versos y de allí surgió:
“Sobre
mi rostro moreno
las
arrugas se han formado
mi
pelo negro ha blanqueado
mis
ojos divisan menos
de
tristeza vivo lleno
ya
mi fuerza está afocada
ya
no sirvo para nada
soy
un recuerdo de ayer
pero
así tiene que ser
todo
en el mundo se acaba”
Este sancasimireño falleció el 13 de
octubre de 1996 a la edad de 71 años.
“Cuando se me llegue el día
que yo tenga que morir
muchos iran a decir
murió el rey de la fulía
murió el hombre que tenía
mucha fama donde quiera
por eso Pedro era
para todos necesario
se escuchará ese comentario
el día que yo me muera”
Por poemas como este y por
toda su vida dedicada a realzar el folclor sancasimireño Don Pedro Blanco
merece estar al lado de poetas como Eleazar Casado y Pastor Rodríguez Manzo
como los grandes bardos de nuestro pueblo.
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