sábado, 19 de abril de 2014

Personajes de ayer y hoy

A la memoria de Álvarez, el de la Prefectura


“Yo no me caso con tuerta
porque cuando está dormida
 parece que está despierta”

Ambrosio “Pata e´Gallo”


            San Casimiro, como todos nuestros pueblos, tiene en su quehacer cotidiano seres que forman parte de su esencia y de su razón de ser; personajes que le dan sabor y olor, que muestran la naturaleza del pueblo en sí y el color de su gente. Nuestra tierra ha sido rica en esos personajes: Jesús Román (Platillo), Camarón,  El Capitán Chivita, Luis el Compa,  la Loca Isabel,  María Teresa y La Momia; el Policía de Ortiz. Los Mochileros. Manuel el del Santísi­mo. Martín “Pañero”, el Loco José, Francisco “Curruchá”, Ambrosio “Pata e’ Gallo”, Julián “Arandú”, Alí “Canelay”  y un montón de nombres y apodos que ya no están y fueron origen de múltiples anécdotas.
            Pero esa fuente inagotable no deja de manar y en la actualidad disfrutamos de las ocurrencias de Monín vendiendo La Noticia o un Kino y de Jean Carlos con su grito mañanero: "! A despertarse que llegó la noticia ¡". Cre­cimos viendo a Álvarez el de la Prefectura con característica forma de hablar. Está Piñerúa vendiendo sus frutas con lentes oscuros y recordando el orden cerrado aprendido cuando era sargento del Batallón Caracas y renegando mil veces de su condición de ex adeco aunque el apodo lo delate. Tenemos a Roso Ibarra con su conversa­ción enredada y su eterna sonrisa Pepsoden y Manolo el de la barba canosa e inmensa nariz que vende los Kinos y los Triple gordos.

            Contamos con Pacífico el de los manda­dos e Ismael el que no está loco, pero de repente corre por el medio de la calle sin motivo aparente; Alejandro que no termina de completar el pasaje para el Rodeo o lo suficiente para comprarse un Plagatox, quien además tiene una ruta determinada que lo hace pasar diariamente por el mismo lugar con una puntualidad de relojero suizo, recorrido que incluye una vuelta de 360 grados en lugares específicos. Como dejar de mencionar a Cheo con su fecunda colección de llaveros y un voraz apetito que lo hace engullir un  pan campesino y una Pepsi de dos litros como si se tratara de un insignificante abrebocas, el popular “Amiguito” que recorre el pueblo vendiendo chucherías en un coche de bebé y cazando incautos con sus juegos de azar fraudulentos y contadores de chistes como Miguelito Varela. Posee­mos a Santiaguito con su cortejo de perros callejeros que esperan fielmente en la puerta de una casa a que termine de ensalmar una culebrilla a una señora o un mal de ojo a un carricito y orates como Jesús, Ramón Arcia mejor conocido como la Pava del Loro y Marcelino Betancourt el mayordomo de Sergio Boada.  Por supuesto no podemos dejar de nombrar a una interminable lista de borrachitos como “Tuso”, Gilberto el “Picure”, el Fú, Fucho y Juan Vázquez, entre otros. Y si de mecánicos se trata no podemos dejar pasar al tuerto José, siempe dispuesto a reparar cualquier falla que se le presente a su automóvil y no tienen padrote entre los enamorados Raúl Eduardo “Bachaquero”, el mensajero de la alcaldía y el otro conquistador Goyo el raspadero del Banco.
Todos estos personajes, los de ayer y los de hoy, forman parte de nuestra historia como pueblo tanto como Eleazar Casado o el general Ramón Guerra. Son construc­tores de la cotidianidad, de alegrías y sufrimientos de este terruño donde, a decir de Lucas Castillo Lara. "Cada hombre es un mundo abierto a la aventura de la amistad".

 Julián Arandú (foto José Domingo Hernández)

 El Compa

 Manolo (foto Julio Pacheco)

 Manuel el del Santisimo (foto J.D. Hernández)

 Martín "Pañero" (foto J.D. Hernández)

 Santiaguito

Roso Ibarra (foto Paco Fustero)

Jesús Román "Platillo"

Álvarez  "el de la prefectura"

Juan Funes (foto Paco Fustero)




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