domingo, 12 de febrero de 2023

 



La foto de Aura I 

             

A la memoria de Aura Longo

 y a las manos creadoras de mi madre

 


Ver la foto de Aura I, Reina de los IV Carnavales Turísticos de San Casimiro en 1972, revivió en mí la nostalgia por esa época. Estaba próximo a cumplir mis cuatro años, pero recuerdo con absoluta nitidez mi traje de torero color naranja, finamente bordado por mi mamá con lentejuelas y canutillos con el esmero de quién estaba ejecutando una obra de arte. Recuerdo la carroza de Aura en cuyo interior reinaba un oso hormiguero disecado que era propiedad de Héctor Pérez Lavieri, nuestro vecino en Los Jabillos.


Mi traje de torero

Aquel año este servidor no era el único vestido de matador de toros, pues era parte de una comparsa donde (yo como que era el novillero) participaban entre otras personas: Manuel Brandt, Wladimir Bastado, Rafael Anato Sifontes, Domingo Valero y un profesor que apodaban “Litrico” por su afición a las bebidas espirituosa. Aquella fue la misma comparsa y el mismo año en que un torero descarriado llamado Rafael Anato Sifontes se fue el martes de carnaval hasta San Juan de los Morros y, víctima del exceso de alcohol, amaneció dormido en la Plaza Los Samanes de la capital guariqueña el miércoles de ceniza  ante el asombro y las bromas de todos.

Recuerdo las Casas adornadas y las calles repletas de bambalinas de colores, la profusión de papelillos y caramelos. Recuerdo cuándo me tomaron mi foto vestido de torero en el patio de la casa donde vivíamos alquilados en Los Jabillos. Aquella no era primera vez que me disfrazaban pues el año anterior había formado parte de una comparsa de diablitos dónde, contaba mi abuela, hice desastres al tomarme muy en serio el papel y puyar a más de uno con el tridente. Para luego culminar soltándome de la mano de mi abuela y arrancar a correr en pleno desfile por la calle Bolívar.


Comparsa de diablitos


_ ¡Agarren a ese diablito! _ gritaba mi abuela desesperadamente ante el temor de que me perdiera entre tanta gente o me robara uno de los centenares de turistas que poblaban nuestras calles.

Parece mentira todos los recuerdos que se activan con tan solo mirar una fotografía. 

Gabriel García Márquez decía que la nostalgia era la base fundamental de su escritura y, precisamente, es la nostalgia por esa época que no volverá la que inspiró estas cortas  palabras. 

 

 





 


 

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