viernes, 23 de julio de 2021

 

LA CALLE DE LA CHANCLETA


FINAL DE LA CALLE MONAGAS

Va desde la Miranda a la Placita y ha sido testigo de idas y venidas, de marchas y contramarchas. Es el camino habitual de los difuntos hasta el cementerio y es, hoy en día, una de las calles cuyas casas, mayoritariamente, conservan la arquitectura de nuestro viejo pueblo.

            No siempre la calle Monagas llevó tan patriótico nombre pues anteriormente, como a todas las calles y esquinas de pueblo, le pasaron sucesivamente nombres populares o asignados debido a alguno de sus habitantes celebres.

Es así como la encontramos en la historia llamándose “calle Las Flores” quizás por sus jardines floridos o por la abundancia de hermosas señoritas que adornaban las coloniales ventanas.

 Luego tuvo un nombre menos sublime y más humorístico pues pasó a tener el rimbombante calificativo de “calle de La Chancleta” debido a que, según cuenta Don Eleazar Casado,   vivía por esos lados una anciana llamada Marcelina que usaba sus gastadas alpargatas como chancletas

            Más tarde se le conoció popularmente como la “calle de la botica” debido una farmacia de una ancestral tradición que nos remonta al tiempo en que se llamaba Botica San Casimiro y era regentada por su fundador el doctor Vicente De Milita. , la misma pasó a ser propiedad de Don Guillermo Schwartz quien la atendía junto a su hijo Pablo. Pasando después a ser la Botica Sor Teresita de Don Augusto Vilera. Nos relata Lucas Guillermo Castillo Lara que esa botica siempre fue lugar de tertulias y de información de los aconteceres del pueblo y las noticias que llegaban de otros lugares.  . Además de la botica San Casimiro el doctor D`Milita era dueño de una gallera ubicada en la misma calle.          

                   Más adelante está el Colegio “La Cocuiza” una de las casas antiguas más hermosas de nuestro pueblo. Pero no siempre fue colegio, es más, ese destino es relativamente reciente. Por muchos años fue la Escuela de Artes y Oficios Pedro Rafael Buznego Martínez. Anteriormente tenía una fuente en el patio central con un león de bronce que en otras épocas escupía agua. En aquella vieja casona se tejía y aún corren de boca en boca las leyendas de los fantasmas que la habitan: se habla de una hermosa catira que se pasea por los viejos salones, otros dicen que se escuchan llantos de niños en las noches y que varias veces en la antigua escuela de artes se escuchaba como caían estrepitosamente las vitrinas y utensilios de cocina y al acudir a observar qué sucedía se encontraban con que todo estaba perfecta e impecablemente tal como lo habían ordenado.

Se afirma que todo se debe a que esta casa fue sede de una maternidad y allí murieron niños recién nacidos y una que otra mujer pariendo cuyos espíritus vagan por la añeja casona. Allí ejercieron de médicos eminentes galenos como los doctores Vaamonde, Merchán, Mele, Arcella, Visconti, Bárbara de la Torre y Nieves a quien se le debe la instalación de dicho centro materno.


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            Por los lados de la calle Monagas también estuvo la famosa y recordada Planta de Salazar, justo donde hoy está el estacionamiento de la funeraria. Fue este emprendedor empresario el que trajo la luz eléctrica al pueblo antes de la llegada de CADAFE. Por allá por 1928, el incansable Salazar, montó su planta eléctrica cuyas calderas eran alimentadas con leña. En las viejas ruinas de la famosa planta el profesor Alirio Nieves y su hermano Antonio dejaban volar la imaginación convirtiendo las chimeneas de metal en aviones de guerra que pasaban horas enteras pilotando y de cuyo interior salían todos llenos del hollín acumulado durante años.  Este empresario también fue el precursor de primer cine de nuestro pueblo donde se exhibían películas mudas para el asombro y la diversión de la concurrencia.

            También estuvo la oficina comercial de la CANTV cuando las encargadas eran la señora Rosa de Castro y Graciela Requena como operadora. Estuvo ubicado el Grupo Escolar Francisco Iznardy en la casa de la familia Castro Morales. El banco Agrícola y Pecuario, el registro Subalterno y el Juzgado del Distrito. También se ubicaron en dicha calle por mucho tiempo.

            Familias de gran historia y arraigo en la comunidad como los Vilera, Castrillo, D´Milita, Villalba, Tovar, Pereida, Aular, Castro, Páez, Nieves, Pacheco y Fuentes, entre otras, han pasado por la calle Monagas que en lejanos tiempos fue llamada la calle de la chancleta y la calle de las flores.    

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