LA CALLE DE LA CHANCLETA
Va desde la Miranda
a la Placita y ha sido testigo de idas y venidas, de marchas y contramarchas.
Es el camino habitual de los difuntos hasta el cementerio y es, hoy en día, una
de las calles cuyas casas, mayoritariamente, conservan la arquitectura de
nuestro viejo pueblo.
No
siempre la calle Monagas llevó tan patriótico nombre pues anteriormente, como a
todas las calles y esquinas de pueblo, le pasaron sucesivamente nombres
populares o asignados debido a alguno de sus habitantes celebres.
Es así como la
encontramos en la historia llamándose “calle Las Flores” quizás por sus
jardines floridos o por la abundancia de hermosas señoritas que adornaban las
coloniales ventanas.
Luego tuvo un nombre menos sublime y más
humorístico pues pasó a tener el rimbombante calificativo de “calle de La
Chancleta” debido a que, según cuenta Don Eleazar Casado, vivía por esos lados una anciana llamada
Marcelina que usaba sus gastadas alpargatas como chancletas
Más
tarde se le conoció popularmente como la “calle de la botica” debido una farmacia
de una ancestral tradición que nos remonta al tiempo en que se llamaba Botica
San Casimiro y era regentada por su fundador el doctor Vicente De
Milita. , la misma pasó a ser propiedad
de Don Guillermo Schwartz quien la atendía junto a su hijo Pablo. Pasando después a ser la Botica Sor Teresita de Don
Augusto Vilera.
Nos relata Lucas Guillermo Castillo Lara que esa botica siempre fue lugar de
tertulias y de información de los aconteceres del pueblo y las noticias que
llegaban de otros lugares. . Además de
la botica San Casimiro el doctor D`Milita era dueño de una gallera ubicada en
la misma calle.
Más
adelante está el Colegio “La Cocuiza” una de las casas antiguas más hermosas de
nuestro pueblo. Pero no siempre fue colegio, es más, ese destino es relativamente
reciente. Por muchos años fue la Escuela de Artes y Oficios Pedro Rafael
Buznego Martínez. Anteriormente tenía una fuente
en el patio central con un león de bronce que en otras épocas escupía agua. En
aquella vieja casona se tejía y aún corren de boca en boca las leyendas de los
fantasmas que la habitan: se habla de una hermosa catira que se pasea por los
viejos salones, otros dicen que se escuchan llantos de niños en las noches y
que varias veces en la antigua escuela de artes se escuchaba como caían
estrepitosamente las vitrinas y utensilios de cocina y al acudir a observar qué
sucedía se encontraban con que todo estaba perfecta e impecablemente tal como
lo habían ordenado.
Se afirma que todo se debe a
que esta casa fue sede de una maternidad y allí murieron niños recién nacidos y
una que otra mujer pariendo cuyos espíritus vagan por la añeja casona. Allí
ejercieron de médicos eminentes galenos como los doctores Vaamonde, Merchán,
Mele, Arcella, Visconti, Bárbara de la Torre y Nieves a quien se le debe la
instalación de dicho centro materno.
Por los
lados de la calle Monagas también estuvo la famosa y recordada Planta de
Salazar, justo donde hoy está el estacionamiento de la funeraria. Fue este
emprendedor empresario el que trajo la luz eléctrica al pueblo antes de la
llegada de CADAFE. Por allá por 1928, el incansable Salazar, montó su planta
eléctrica cuyas calderas eran alimentadas con leña. En las viejas ruinas de la
famosa planta el profesor Alirio Nieves y su hermano Antonio dejaban volar la
imaginación convirtiendo las chimeneas de metal en aviones de guerra que
pasaban horas enteras pilotando y de cuyo interior salían todos llenos del
hollín acumulado durante años. Este
empresario también fue el precursor de primer cine de nuestro pueblo donde se
exhibían películas mudas para el asombro y la diversión de la concurrencia.
También
estuvo la oficina comercial de la CANTV cuando las encargadas eran la señora
Rosa de Castro y Graciela Requena como operadora. Estuvo ubicado el Grupo
Escolar Francisco Iznardy en la casa de la familia Castro Morales. El banco
Agrícola y Pecuario, el registro Subalterno y el Juzgado del Distrito. También
se ubicaron en dicha calle por mucho tiempo.
Familias de gran historia y arraigo
en la comunidad como los Vilera, Castrillo, D´Milita, Villalba, Tovar, Pereida,
Aular, Castro, Páez, Nieves, Pacheco y Fuentes, entre otras, han pasado por la
calle Monagas que en lejanos tiempos fue llamada la calle de la chancleta y la
calle de las flores.
Que hermosa leyenda me encanta
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