DON RAFAEL ACEVEDO
Es uno de nuestros inmortales patrimonios
artísticos y culturales. Hijo de Encarnación Acevedo y Natalio Rodríguez. Nació
el 29 de marzo de 1914 en una hacienda cafetera llamada Las tres Marías;
ubicada, según relata nuestro cronista Salvador Rodríguez, entre Chimborazo y
El Negro.
Nos sigue relatando el
cronista que, En 1924, cuando apenas contaba los diez años, mueren sus padres y
que luego de la muerte de sus progenitores no queda sólo, pues Viene a vivir a
la calle Monagas de San Casimiro con sus padrinos Miguel Villalba y doña Celsa
Tovar de Villalba.
Fue con Don Miguel que aprende las primeras letras
y el oficio que marcaría su vida como artesano, ejecutante y constructor de instrumentos
musicales. Específicamente la elaboración de arpas, aprendiendo su ejecución
gracias a Don Miguel Zamora y observando a los hermanos Macario y Gonzalo
López.
A medida que su fama como ejecutante del arpa y
carpintero iba creciendo también ascendía su popularidad como excelente jinete
y coleador. Además de tener el don de
ensalmar a quienes necesitaran de sus rezos y servicios. Nos refiere Salvador
Rodríguez que “cosiendo un retazo de telita limpia que punteaba con una aguja e
hilo recitando una oración secreta”
Al lado
de doña María Lourdes Hernández, este ilustre
sancasimireño, comenzó la dinastía de los Acevedo que ha dado frutos tales como:
Cándido, Cantante de joropo central y
carpintero;
Oswaldo
arpista de joropo central,
Fileno cantante
de joropo central y llanero así como excelente bailador.
Seguimos
con Rafael Jesús “Chucho” Acevedo arpista de trayectoria y fama nacional,
así como Ali
bajista y coleador...
Josefina
“la negra”, cantante y Cuatrista.
Esta estirpe continúa con los nietos:
Joseito carpintero y coleador.
Yosmar,
Edgar, Fredy y Alexander coleadores.
Douglas,
maraquero,
Marilyn
bajista y Yulmary cantante;
además de
Mirla y Desiree ejecutantes de las maracas.
Y por si
fuera poco el reconocido docente y arpista Chelo Acevedo.
Esta afamada
dinastía de músicos, artesanos y coleadores ya va por la tercera generación
pues el pequeño Santiago ya ejecuta las maracas y se está iniciando en el
instrumento mayor de nuestra música criolla.
Este ilustre coterráneo se hizo merecedor durante
toda su vida de los reconocimientos de instituciones públicas y privadas, tanto
dentro como fuera de su municipio San Casimiro y uno de los salones de nuestra
Casa de la Cultura lleva su nombre.
Don Rafael
Acevedo Murió el 28 de agosto de 1987, Satisfecho de haber sido el árbol que
dio fruto a una estirpe que ha puesto en alto el gentilicio sancasimireño.