miércoles, 20 de abril de 2016

Un torero en la Plaza Los Samanes


             Se despertó con el sol calcinando sus ojos. Se levantó del banco de la plaza sintiendo que su cabeza iba a explotar. Veía figuras borrosas que parecían girar a su alrededor y unas voces surgidas de ultratumba que le gritaban:

-         ¡Ole!
-         ¡ Bravo, matador!
-         ¡ Tronco e’ faena, torero!

            Escuchaba los vítores y aplausos y por un momento se sintió El Diamante Negro saliendo en hombros del Nuevo Circo de Caracas luego de cortar rabo y oreja. La inmensidad de la resaca no le permitía reaccionar y el recalcitrante sol guariqueño le impedía  abrir del todo los ojos. Se puso en marcha y comenzó a caminar desorientado por la avenida Bolívar de San Juan de los Morros y tanto los aplausos como las risas aumentaban mientras él caminaba sin rumbo fijo y sin saber en que lugar estaba. Hasta que un grito lo despertó como un rayo y le hizo volver la conciencia:

-         ¡Epa, Girón!. ¡Anda a ponerte la cruz en la frente!


            Nuestro torero volvió en si y recordó que su nombre era Rafael Anato Sifontes que participaba en una comparsa de toreros en los Carnavales Turísticos de San Casimiro y parrandeando llegó hasta San Juan de los Morros lugar donde despertó un miércoles de ceniza vestido de matador de toros en la Plaza Los Samanes.