A toda velocidad
Una destartalada camioneta Chevrolet Apache 1958 se desplazaba
velozmente por la carretera rumbo a Valle Morín, En uno de los asientos
traseros, Lalita (mi abuela) trataba
de sobreponerse al nerviosismo ante la peligrosidad de la polvorienta vía y la
exagerada velocidad con que el chofer maniobraba la deteriorada unidad de
transporte.
Lalita se dirigía
a visitar a su hermana Josefina Marrero que vivía en Plan de Cagua, un acogedor
caserío a medio camino entre la
carretera nacional y Valle Morín. Entre
frenazos en las curvas, los pasos de quebradas y uno que otro animal atravesado
en el camino, Lalita comenzó a sentir que estallaría la aneurisma (*) en su
cuello (diagnosticada en los años cuarenta y por la cual le fijaron una pronta
y casi segura muerte, cosa que ocurrió tantos años después que por poco llega
al siglo de vida) presa de los nervios y
sintiendo que el corazón le
brotaba por la boca comenzó a gritar
desesperada:
_ ¡La vena!, i No corra, la vena! _ Repetía desesperada.
Cuando
por fin llegó a Plan de Cagua, Lalita pudo sobreponerse y bajar del veloz
vehículo mientras el chofer visiblemente preocupado le preguntó:
_ Señora, ¿Se le botó la avena?
Inmediatamente el nerviosismo cedió
paso a las hilarantes carcajadas de Lalita ante la interrogante del confundido
conductor.
(*)
Tumor sanguíneo causado por la dilatación de una arteria.
Chevrolet Apache 1958